Internacionalmente, el mejor ejemplo de expansión de la piedra es la recreación de la fachada de la Universidad de Salamanca y la Catedral Nueva que un grupo de canteros realizó por encargo del Gobierno de Japón.
Fue en el año 1993 cuando el Gobierno de Gifú se puso en contacto con el Ayuntamiento de Salamanca para llevarse a Japón las réplicas de ambos monumentos; varios mandatarios japoneses habían visitado unos años antes la capital charra y quedaron prendados de la belleza de la piedra franca.
Bajo la dirección de los hermanos Justino e Ignacio Sanchón, un grupo de canteros de Villamayor reprodujeron las fachadas de la Universidad de Salamanca y de la Catedral Nueva de ambos monumentos a escala. Debido a que el proyecto estaba sufragado con fondos japoneses, se tenían que respetar los sentimientos religiosos de sus ciudadanos, en su mayoría budistas y sionistas. Por este motivo, hubo que eliminar todos aquellos símbolos relacionados con la Historia de España y con el cristianismo.
En el proceso de expansión mundial, también cabe destacar, su presencia en Ferias Internacionales de Arquitectura donde se promociona y potencia como material de construcción. La piedra franca ha participado en las Ferias Internacionales de Madrid, Nuremberg, París, Verona, Beijing, Barcelona y Florida.